viernes, 17 de octubre de 2008

Jungla de asfalto



Lo primero que llama la atención cuando uno pone un pie en Saigón son las motos. No es que sean de un determinado modelo, o estén muy destartaladas, o se distingan por alguna peculiaridad que las haga únicas. Llaman la atención por la cantidad y por su forma de avispear de un lado a otro de la carretera, saltando semáforos en rojo, invadiendo carriles ajenos sin contemplaciones y rozando el accidente cada segundo. Los datos no engañan: en Saigón petardean, según la estadística oficial, 3,56 millones de motos (son 8 millones de habitantes) y 360.000 coches, además de otras 700.000 motos y otros 60.000 automóviles que circulan todos los días por la ciudad pero están matriculados en otras provincias. Y sigue creciendo el número, cada día se matriculan 1.100 motos sólo en Ho Chi Minh.
Si se miran una por una, se desplazan de manera desordenada, zigzaguean, esquivan peatones sin inmutarse y se cruzan a lo kamikaze, pero, eso sí, avisando. Porque este espectáculo tiene banda sonora, la de las bocinas que atruenan sin tregua. Aquí, el bocinazo tiene otra función de la que estamos acostumbrados, no se usa para reprobar el mal comportamiento del otro conductor, o no sólo para eso, sino para advertir de que se va a cometer una tropelía. Si la moto va a invadir el carril de los coches, bocina. Si va a comerse un semáforo en rojo, bocina. Si se mete en dirección contraria, bocina a repetición. Y nadie se cabrea, o eso parece, todo funciona con una aparente armonía dentro del desorden y todavía no he visto ningún accidente, aunque haberlos haylos. Si se miran en conjunto, tienen algo de pelotón ciclista, pero más caótico, estar ahí dentro debe de ser lo más parecido a moverse dentro de una manada de ñus. Ahora que ya he superado el reto de cruzar las calles mientras esquivo motos, estoy deseando tener una para lanzarme a la jungla y escaparme de la ciudad los fines de semana. Os dejo un pequeño vídeo para que os hagáis una idea.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Menos mal que eso en España no existe, sino estaríamos todos a ostias todo el día por lo de las bocinas

Anónimo dijo...

A mí no me parecer raro que usen moto. Para circular por esas ciudades tiene que ser más cómodo. No me imagino yo conduciendo un coche en una ciudad hecha a escuadra. Bueno,aunque yo no soy el mejor ejemplo, que hay que verme al volante...Sigo confundiendo el acelerador y el freno.
Pero a lo que iba, las motos son baratas y gastan menos. Dos características básicas en esa zona. Por aquí, cuando te compras una pequeña, de 125 cc, dicen que la mejor es la Yamaha YBR porque está pensada para Oriente. Y doy fe de que consumir, 10 euros el depósito lleno... ¡Y en estos tiempos!

Anónimo dijo...

Eric!!! Ya veo que allá donde vas, siempre haces amigos. Muy divertido tu blog. Seguiré tus historias vietnamitas ;-) Un abrazo.

Eric dijo...

Julia, lo raro no es que usen motos, a mí también me parece normal y supongo que pasar de la bici, con la que se movían hace 15 años, a la moto es una evolución natural. LO impactante es verlas a todas juntas en acción.
Enrique, a ver si es verdad que nos vemos por aquí, voy a proponer que organicen un encierro pero con motos en lugar de toros. Te vienes y lo corremos.

Ander Izagirre dijo...

No me engañan. Son los mismos cien motoristas que no paran de dar vueltas a dos manzanas y de pasar una y otra vez por el mismo cruce. Fíjate veinte o treinta veces y te darás cuenta de que te empiezan a sonar las caras.

Eric dijo...

No hace falta que las mire 30 veces. Las caras me parecen todas las mismas siempre. Creía que el problema era mío pero ahora que me has dicho que son los mismos lo entiendo todo.

El Humilde Fotero del Pánico dijo...

Joder.

Vaya ejército motero.
Además de las bocinas, podría funcionar como banda sonora el "Born to be wild" de Steppenwolf.
Quizá me anime a visitarte a bordo de mi Yamaha Neos de 49 CC. Lo difícil será llegar hasta Asia desde Donosti, porque una vez allí...

;-))

Estupendo relato, genialmente hilado, Eric.
Tu blog no ha hecho más que nacer y ya promete un buen manojo de historias...

Disfruta mucho.

Juan

Eric dijo...

Gracias Juan, ese tipo de comentarios son gasolina para seguir escribiendo.