jueves, 26 de marzo de 2009

Los más frágiles de la jungla

Ya hemos visto varias veces que esto es una jungla de motos. Lo que más me llama la atención es que casi todos llevan casco (también hay que ver qué cascos) menos los niños. Mirjam Sidik, mitad alemana, mitad indonsesia, es directora ejecutiva de la Asociación Asiática de Prevención de Lesiones y trabaja para inculcar el uso del casco en la población, para evitar que cada día diez niños pierdan la vida por no proteger sus cráneos en la maraña de tráfico de las grandes ciudades vietnamitas.
A Miriam le centellean los ojos de ilusión cuando habla de la labor que lleva realizando siete años -"es un trabajo apasionante" pero el brillo en la mirada se le apaga cuando cuenta la historia de Han, una niña de ocho años que pertenecía a la asociación y que llevaba el casco todos los días al colegio hasta aquel domingo en que viajaba con sus padres en ciclomotor para visitar a su abuela y un motorista ebrio les arrolló y segó su vida en el acto.
Los padres, que portaban casco, sobrevivieron a la colisión, pero no Han, que excepecionalmente iba desprotegida "para que no se le estropeara el peinado" en su visita a la abuela.
Han es uno de los 5.000 niños pierden la vida anualmente a causa de los accidentes de tráfico, una cifra que para la Asociación Asiática de Prevención de Lesiones se queda corta. "Sólo cuentan los que fallecen en el acto y en los hospitales. La realidad es que, a menudo, las clínicas están saturadas. Les envían a sus casas y mueren allí porque no estaban recuperados del accidente. Pensamos que la cifra es en realidad dos veces más alta", explica Mirjam.
Muchas de estas tragedias cotidianas se evitarían con una medida tan sencilla como el casco, pero sólo un 10% de los menores lo usan y apenas un 2% de los que no han cumplido tres años.
El panorama entre los adultos no era muy distinto hasta diciembre de 2007, cuando entró en vigor la ley del casco y todos se lo pusieron. "Antes de que entrara en vigor la ley, ni siquiera el 10% de los adultos llevaba casco. Pero de la noche a la mañana, todo el mundo se lo puso" , dice Mirjam, habituada a escuchar excusas como que "estropea el peinado" o "da una apariencia estúpida" .
Antes de que las autoridades declararan obligatorio su uso para los adultos, muchos padres protegían la cabeza de sus hijos, pero dejaron de hacerlo cuando creyeron la teoría difundida por algunos periódicos de que el excesivo peso de la protección podía provocar daños en la columna del niño. Mirjam confirma que "fue un rumor que se expandió a raíz de un artículo periodístico". "La realidad es que existen cascos especiales para niños, ligeros y resistentes" .
Le pregunté por el asunto a mi amiga Hoa, maestra de primaria: "Recuerdo que cuando salió la ley, todos los niños venían con el casco y, después de dos semanas, dejaron de traerlo. Solía tener discusiones con mis compañeras, que dicen que el casco es malo para los niños porque pesa mucho o porque da calor. Para mí es incomprensible que no lo lleven, quizá le suponga mucho gasto a una familia comprar uno para cada hijo. También había problemas en la escuela porque no sabíamos dónde poner tanto casco".
El vacío legal es otra de las causas de que no lo lleven, dado que la normativa establece que todo pasajero de una motocicleta debe ponerse el casco, pero no especifica a partir de que edad es obligatorio y descarta la sanción policial para el menor de 14 años o el conductor del vehículo en el que vaya como pasajero. Es decir, que el casco es obligatorio para todos, pero no es posible hacer cumplir la ley a los menores. Como dice Mirjam, "muchos padres creen que no es necesario porque la Policía no les dice nada".
A la espera de que el Gobierno modifique la ley, la AIPF lleva a cabo diversas campañas en las escuelas para inculcar su uso y han desarrollado en una fábrica sin ánimo de lucro en Hanoi un casco especial que se adapta a la cabeza de los niños asiáticos. Mirjam dice que está satisfecha con la respuesta de los niños, pero tiene por delante algo más difícil: convencer a los padres, que siguen pensando que el casco hará daño a sus hijos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pablo a dit... Esto parece un artículo de prensa. ¿Lo has publicado?

Unknown dijo...

Eric, reconozco que hacía tiempo que no te leía y me está gustando mucho reencontrarme con tus textos. Escribes muy bien y además te veo muy integrado en la vida vietnamita. Creo que no vas a querer volver, jeje. Recoge todo lo que puedas y monta un buen libro. Que te lo corrija Ander Izaguirre y lo publicas.

Bueno, campeón. Un abrazo muy fuerte y ya nos veremos a tu vuelta a España.

Anónimo dijo...

Uf, las cifras de muertes son tremendas.

No creo que Ander Izagirre tenga nada que corregir, pero vamos, encantado de echar un vistazo al libro vietnamita de Eric. ¿Cuándo has dicho que lo publicas?

Eric dijo...

Pablo, busca motos y Vietnam en Google noticias. Y hasta ahí puedo leer.
Raultxo, ¿qué tal andas? Ya es la segunda vez que se me sugiere aquí lo del libro, me lo tendré que empezar a plantear. Si sale no está de más que Ander le eche un vistazo.