En los últimos días ha dado la vuelta la mundo un reportaje que publicó el New York Times sobre el supuesto peligro de muerte que conlleva cantar My Way en los karaokes de Filipinas. Decía el artículo que muchos de estos establecimientos han borrado la canción de sus listas, ya que al menos seis personas han muerto en la última década tras peleas surgidas durante la interpretación del famoso himno de Sinatra. "Me gustaba My Way, pero después de todos los problemas, dejé de cantarla, te pueden matar", comenta en el artículo Rodolfo Gregorio, un peluquero de 63 años.Conviene aclarar que cantar es aquí un asunto muy serio y que desde muy pequeños, los niños se entregan al micrófono con entusiasmo. El karaoke no es sólo una actividad de ocio nocturno, los obreros que me martirizan por las noches suelen pasar sus ratos de descanso durante el día cantando baladas en el karaoke de mi antigua lavandería (sí, las máquinas se encuentran en cualquier esquina o en el establecimiento más insospechado). Cuando llevaba la ropa, a veces tenía que esperar a que el currela de turno terminara para entenderme con la dependienta.
Con semejante entrenamiento musical, no es de extrañar que adquieran una sensibilidad exagerada, que con alcohol de por medio puede desembocar en pelea, y a veces en tragedia. Fue lo que le ocurrió a un hombre de 29 años que hace tres años interpretó en un karaoke del sur del país la canción que Paul Anka compuso para La Voz. Según cuenta Norimitsu Onishi, autor del reportaje del NY Times, el guarda de seguridad del establecimiento consideró que el hombre había desentonado y, ni corto ni perezoso, desenfundó su pistola del calibre 38 y disparó a bocajarro contra el desgraciado émulo de Sinatra, que se había negado a dejar de cantar pese a las airadas quejas de los presentes.
Así, al menos ocurrieron otros cinco casos en la última década, siempre con la dichosa canción de por medio, lo que ha llevado a los medios a bautizar este fenómeno como los "crímenes My Way" (My Way killings), a los que alguien ya ha dedicado una entrada en la Wikipedia. La Policía no sabe si el elevado número de reyertas que provoca la canción se debe a que la arrogancia de la letra predispone a una reacción violenta o a una simple cuestión de probabilidades: al ser una de las canciones más solicitadas en los karaokes, es lógico que muchos incidentes ocurran cuando alguien la está cantando.
Mientras se aclara el asunto, me cuidaré mucho de cantar My Way, y eso que, como bien sabe algún asiduo del blog, es uno de mis grandes éxitos de karaoke.
1 comentario:
Ein? me he quedado alucinada :S yo que pensaba que sólo los británicos y los japoneses le daban al karaoke con tanto fervor. Qué cosa más triste morir de ese modo...
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