viernes, 17 de abril de 2009

Vendedoras peligrosas

¿Verdad que parecen inofensivas? Pues no hay que dejarse engañar por las apariencias, esta imagen para mí es tan aterradora como para Tippi Hedren la de los pájaros en los columpios. Esas mujeres pertenecen a la peligrosa especie de las vendedoras.
Cuando llegué en mi moto alquilada al pueblo de Ban Ho, donde viven algunas de las minorías étnicas del norte de Vietnam, me asaltó una horda de amables mujeres que se ofrecieron a llevarme a ver una cascada que estaba a un kilómetro de marcha. Como no admitían un no por respuesta, me fui con ellas. Recorrí el camino de la mano de una niña de tres años a la que su madre había enseñado técnicas para enternecer al incauto turista.
Todas estas simpáticas y dicharacheras mujeres, de etnias hmong y zao, no hablan vietnamita, pero sí inglés, algunas lo aprendieron con profesores extranjeros que pasaron un tiempo en la zona y otras fueron acostumbrando su oído al habla de los visitantes. Llegamos a la cascada y se quedaron esperando en las rocas mientras yo hacía unas fotos, listas para dar el zarpazo. Volví y, no sé muy bien cómo, en cuestión de segundos se formó un círculo a mi alrededor con mujeres que no paraban de sacar ropa, bolsos y mantelerías coloridas de sus cestas y me atosigaban al grito de "you buy from me".
Contaba con que tendría que pagar ese peaje, pero fueron tan pesadas que terminaron por colapsarme, compré una pequeña funda de movil (lo más barato que me habían ofrecido) y me escabullí como pude de la marabunta de mujeres y telas. En el camino de vuelta al pueblo, las temibles vendedoras fueron menos dicharacheras y la niña ya no me dio la mano. Les expliqué que no podía comprarles a todas y que ya había cogido muchas en otros pueblos -era cierto- y fueron comprensivas, encontraron una solución a gusto del consumidor: "No hace falta que compres nada, nos puedes dar un poco de dinero a cada una".

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Pablo a dit... Y les diste dinero?

Ander dijo...

Hmmmm, eso no se pregunta.

Ander dijo...

Perdón, no soy nadie para decir lo que se puede preguntar o no en un blog ajeno. Pido disculpas.

Eric dijo...

No pasa nada, Ander, supongo que a Pablo no le ha molestado el comentario. A mí tampoco. Y no, no les di dinero, sólo les pagué un poco más de lo normal por tener la moto aparcada. Ya me habían sableado bastante en otros pueblos.

Anónimo dijo...

Pablo a dit... Ander, no te preocupes, tienes toda la razón. Lo que pasa es que se mezclan mi espíritu cotilla con la confianza que tengo con Eric, y claro, donde hay confianza...

Dabid dijo...

Que recuerdos me traen esta foto...

Al principio puede agobiar, es logico, pero enseguida se les coje cariño (que van a hacer las pobras), yo me hice amigo de Mee, una cria encantadora

http://www.flickr.com/photos/argindar/2240467388/in/set-72157603840661156/

Nos hizo de guia durante unos dias y no queria cobrarnos nada, le teniamos que obligar casi a sentarse con nosotros a comer,al volver le mande las fotos que le hice , una preciosidad de niña, queria ser universitaria y con lo lista que rea lo conseguira.

Muchos recuerdos.


AIooooo

Eric dijo...

No, si yo también les cogí cariño y ya sé que no pueden hacer otra cosa, pero ése era el último pueblo que visité y al venirme todas a la vez me agobié. Pero son encantadoras, en próximos días contaré alguna historia más.