¿Alguien sabe qué hay que hacer cuando ocurre un terremoto? Sí, lo de ponerse debajo la mesa y bajar a la calle en cuanto sea posible y demás. Pero, ¿alguien se acordaría de hacerlo si le pilla uno de verdad, de los de escala de Richter y epicentro?Ayer viví mi segundo seísmo en Manila (y en mi vida, claro). Los dos me pillaron desnudo y tumbado en la cama, lo que puede ser una casualidad o un dato revelador de mis actividades favoritas (también de la temperatura que hace por estos lares). Ya había pasado la una de la madrugada pero seguía despierto, enganchado con el estupendo libro del fallecido montañero Iñaki Ochoa de Olza, Bajo los cielos de Asia. De repente noté un movimiento, como si alguien empujara la cama (para ser exactos, el colchón sobre el que duermo en el suelo) desde abajo al tiempo que empezaron a tambalearse la mesa y las puertas de los armarios (siempre abiertas). Era algo parecido a viajar en un tren descacharrado. Lento de reflejos por la hora intempestiva, tardé dos o tres segundos en darme cuenta de que no había sido una venganza estomacal exagerada por la ensalada de atún con guindillas que me cené.
Entonces me di cuenta de que salvo la historia de la mesa, no tengo mucha idea de cómo reaccionar en estos casos. Ya me veía enterrado bajo los escombros de Asia. Había leído algo sobre cómo refugiarse junto a los quicios de las puertas protegido por un mueble, pero teniendo termitas en casa, no me fío nada del efecto protector de las estructuras de madera. Lo primero que hice fue ponerme de forma apresurada el pantalón del pijama que tenía al lado: si hay que salir por patas, mejor hacerlo con un mínimo de decoro.
Habrían pasado como 10 segundos desde el primer temblor. Me acordé de la mesa. La de mi habitación es muy pequeña, y tiene una cajonera debajo, de manera que había poco espacio. Hice un amago de protegerme la cabeza debajo de la tabla, dejando todo el cuerpo fuera, pero tuve la suficiente lucidez para ver que no iba a ningún lado y que, puestos a palmar, mejor hacerlo con cierta dignidad. Pensé en ir a la de la cocina, pero también es pequeña y la tabla no parece muy sólida así que, falto de ideas, miré por la ventana para ver si mis vecinos me daban alguna. Por la calle desierta pasó un BMW a todo meter mientras el edificio seguía temblando. No me resultó muy inspirador, y además no tengo BMW, sólo una bici. Llevaríamos 20 segundos y la intensidad ya era mucho menor, apenas un ligero cosquilleo bajo los pies, que fue disminuyendo hasta extinguirse por completo.
Los sismólogos dicen que fue un temblor de casi seis grados de magnitud con epicentro a cien kilómetros de Manila, donde la intensidad fue de 4 grados. Apenas ha habido daños y ninguna víctima, pero anuncian posibles réplicas en próximos días. Habrá que estar preparado.
*Sí, ha hecho falta un terremoto para menear un poco este blog.
3 comentarios:
Pablo a dit... Para ser tu 2º terremoto, veo que nos has aprendido mucho del 1º... Quizás ponerte debajo de la puerta de entrada pueda ser buena idea (por esa zona de la casa seguramente no haya termitas). En cualquier caso, tienes que diseñar un plan de seguridad y salud ya!
Es que el primero no duró casi. De todas maneras, tampoco me llegué a sentir muy en peligro.
Aclaro para tranquilizar al personal que a menudo me toca pasar una nota de un terremoto parecido en algún lugar de Filipinas y no recuerdo ninguno en que hubiera víctimas.
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